DIVINO NIÑO DE CAIGUA

miércoles, 9 de marzo de 2011

Si un pueblo tiene historia, ese precisamente es la población de Caigua, cuyas tradiciones y pasado lo convierten en una de las más estimadas reliquias coloniales del oriente venezolano
Desde que los misioneros franciscanos llegaron a Píritu en el siglo XVII para evangelizar a los indígenas Palenques y Topocuares entre otros, siempre fue su intención fundar un pueblo en la comarca del hechicero y valiente cacique Caigua. Tal fundación se logró extraoficialmente el 24 de Marzo de 1667 con la reunión del Cacique Caigua y fray Manuel Yangüez y oficialmente el 26 de Marzo de 1667 cuando se celebró la primera misa en el sitio de Caigua  Patar desde donde las gentes de Caigua fueron traslado por Fray Juan Solorzano en 1681 al sitio de Acuripacuar para así protegerse de los ataques de indígenas locales que se oponían a la presencia hispana en sus tierras ancestrales.
En la actualidad Caigua es un pueblo donde el sol, el trabajo y sus tradiciones nunca mueren. Es un pueblo famoso por los frutos de sus conucos y la cría de pollos y ganados que dan carnes y quesos de buena calidad y precio; y también es famoso, por los rasgos y apellidos indígenas de sus familias que orgullosamente se encargan de mantener sus tradiciones a través de la colorida presentación ante las ruinas del convento franciscano y la iglesia de Jesús, María y José, de los bailes folklóricos el Mare Mare y el Espuntón, los 7 de enero de cada año cuando le rinden honores a su protector espiritual, el milagroso Divino Niño.


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